El mimetismo es una habilidad que ciertos seres vivos poseen para asemejarse a otros organismos (con los que no guarda relación) y a su propio entorno para obtener alguna ventaja funcional.
El objeto del mimetismo es engañar a los sentidos de los otros animales que conviven en el mismo hábitat, induciendo en ellos una determinada conducta. Los casos más conocidos afectan a la percepción visual, pero también hay ejemplos de mimetismo auditivo, olfativo o táctil.
Probablemente el ejemplo más popular es el del camaleón, cuyos colores de la piel cambian según el entorno donde se desplace. Aunque algunos científicos consideran que no es un verdadero mimetismo sino una coloración críptica.
La imitación defensiva ocurre cuando el organismo es capaz de evadir encuentros que habrían sido perjudiciales para su vida al hacer que el atacante lo considere otra especie cualquiera.
El mimetismo es muy curioso, ya que estos animales también pueden imitar a otras criaturas peligrosas, o con su aspecto parecer agresivas, También manchas que brillan momentáneamente y asustan a los enemigos, ayudan a que la especie pueda escapar. Algunas especies tienen puntos grandes en su cuerpo, como lo son las mariposas, que con esta ventaja, hacen creer a su enemigo que es un ojo de un animal gigante.
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